domingo, 10 de marzo de 2013

Hacia una mayor intimidad: Las cuatro “C”

Últimamente se habla mucho del encuentro consigo mismo se lo alienta y está bien, es necesario para el autoconocimiento y maduración. Observo sin embargo que lo que cuesta cada vez más el encuentro profundo con el otro, es cierto que lo primero es necesario para tener una relación sana pero muchas veces lo que se dificulta más es lograr tener una pareja con la que realmente compartir y disfrutar la vida. Creo que esto sucede porque nos cuestas abrirnos al otro, o nos juntamos con alguien que no comparte los mismos sentimientos o proyectos y entonces tampoco tendría sentido eso. Lo ideal sería poder elegir libremente desde el sentir sin medir tanto otras cuestiones y luego si ambos coinciden en compartir la vida juntos jugarse con todo por ese proyecto sinceramente. La relación debería apuntar a lograr las cuatro “C” para alcanzar una mayor profundidad de intimidad: Compromiso, Confianza, Confidencia y Compañerismo. 

Compromiso: por el bienestar del otro, respeto y fidelidad por el deseo de compartir la vida con otro y llevar adelante proyectos juntos. Confidencia: comunicación fluida y abierta con el otro sin intención de maltrato sino de intimidad, honestidad, compartir los que nos pasa, nuestros deseos y miedos. Confianza: sentirse seguros que el otro no nos hará daño ni utilizara nuestras debilidades en nuestra contra. Siendo sinceros y tolerantes. Compañerismo: complicidad, cooperación para hacer la vida mutuamente más fácil, realizar actividades que ambos disfrutan y un dialogo abierto.
Seguramente necesitemos varias cualidades y valores más pero esto es para empezar a reflexionar sobre el tema. Esto no debe confundirse con el apego dependiente hacia el otro, la pareja debe respetar la libertad del otro como ser autónomo, tampoco debemos vivir por el otro y solo para complacerlo en todo. Nadie pertenece a nadie, el sentimiento de posesión sobre el otro solo deriva en discusiones, celos y angustias, esto sería un amor egoísta y el amor no debe ser así justamente lo contrario, desear lo mejor para el otro mas allá que no convenga a nosotros, ser considerados.
Esto generalmente no se logra por MIEDO, miedo al rechazo, al abandono, al que dirán, a ser feliz, al compromiso, a exponerse,etc. En resumen miedo al “amor” como defensa (coraza) que nos impide el encuentro con el otro, por miedo a ser lastimados de algun modo. Si no estuvieran estos miedos en el medio de las parejas las relaciones serian más auténticas y más sinceras, no habría deseo de fingir lo que no se es para conquistar al otro o para mantener una pareja. Lograríamos relaciones más sanas, honestas y felices.

Lic. Julieta Collazo.

1 comentario:

  1. Es tan cierto. Tantas parejas continúan sobre un lazo roto por costumbre o miedo. La honestidad con el otro y con uno mismo es imprescindible.

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