viernes, 6 de julio de 2012

ME DOY PERMISO (Joaquín Argente)

"Me doy permiso para separarme de personas que me maltraten, que me traten con brusquedad, presiones o violencia.

No acepto ni la brusquedad ni mucho menos la violencia aunque vengan de mis padres, pareja, hijos, de nadie.

Las personas bruscas o violentas quedan ya, desde este mismo momento, fuera de mi vida.

Soy un ser humano que trata con consideración y respeto a los demás.

Merezco también consideración y respeto.

Me doy permiso para no obligarme a ser el alma de la fiesta, el que pone el entusiasmo en las situaciones, ni ser la persona que pone el calor humano en el hogar, la que está dispuesta al diálogo para resolver conflictos cuando los demás ni siquiera lo intentan.

No he nacido para entretener y dar energía a los demás a costa de agotarme yo: no he nacido para estimularlos con tal de que continúen a mi lado.

Mi propia existencia, mi ser; ya es valioso. Si quieren continuar a mi lado deben aprender a valorarme.

Mi presencia ya es suficiente: no he de agotarme haciendo más.

Me doy permiso para no tolerar exigencias desproporcionadas. No voy a cargar con responsabilidades que corresponden a otros y que tienen tendencia a desentenderse.

Me doy permiso para no agotarme intentando ser una persona excelente.

No soy perfect@, nadie es perfecto y la perfección es oprimente.

Asumo plenamente mi derecho a defenderme, a rechazar la hostilidad ajena, a no ser tan correct@ como quieren; y asumo mi derecho a ponerles límites y barreras a algunas personas sin sentirme culpable. No he nacido para ser la víctima de nadie.

Me doy permiso para no estar esperando alabanzas, manifestaciones de ternura o la valoración de los otros.

Me permito no sufrir angustia esperando una llamada de teléfono, una palabra amable o un gesto de consideración.
JMF
Me afirmo como una persona no adicta a la angustia. Soy yo quien me valoro, me acepto y me aprecio. No espero a que vengan esas consideraciones desde el exterior. Y no espero encerrado o recluido ni en casa, ni en un pequeño círculo de personas de las que depender.

Al contrario de lo que me enseñaron en la infancia, la vida es una experiencia de abundancia.

Empiezo por reconocer mis valores, y el resto vendrá solo.

No espero de fuera.

Me doy permiso para no estar al día en muchas cuestiones de la vida: no necesito tanta información, tanto programa de ordenador, tanta película de cine, tanto periódico, tanto libro, tantas músicas. Decido no intentar absorber el exceso de información.

Me permito no querer saberlo todo.

Me permito no aparentar que estoy al día en todo o en casi todo. Y me doy permiso para saborear las cosas de la vida que mi cuerpo y mi mente pueden asimilar con un ritmo tranquilo.

Decido profundizar en todo cuanto ya tengo y soy. Con lo que soy es más que suficiente. Y aún sobra.

Me doy el permiso más importante de todos: el de ser auténtico.

No me impongo soportar situaciones y convenciones sociales que agotan, que me disgustan o que no deseo. No me esfuerzo por complacer. Si intentan presionarme para que haga lo que mi cuerpo y mi mente no quieren hacer, me afirmo tranquila y firmemente diciendo que no. Es sencillo y liberador acostumbrarse a decir no.

Elijo lo que me da salud y vitalidad. Me hago más fuerte y más seren@ cuando mis decisiones las expreso como forma de decir lo que yo quiero o no quiero, y no como forma de aceptar las elecciones de otros.

No me justificaré: si estoy alegre, lo estoy; si estoy menos alegre, lo estoy; si un día señalado del calendario es socialmente obligatorio sentirse feliz, yo estaré como estaré.

Me permito estar tal como me sienta bien conmigo mism@ y no como me ordenan las costumbres y los que me rodean: lo normal y lo anormal en mis estados emocionales lo establezco yo".

-----------------------------------------------------
 
Del libro: ME DOY PERMISO PARA... de Joaquín Argente, diafreoterapeuta, "cuyo trabajo consiste en ayudar a las personas a recuperar la elasticidad del diafragma, el gran músculo de la respiración y la circulación energética que actúa también como puente entre el consciente y el subconsciente".

lunes, 2 de julio de 2012

Reflexiones: Los Miedos vs Felicidad

El miedo a desaparecer de este mundo sin dejar huella es uno de nuestros grandes temores, el gran problema existencial que nos lleva a hacer cosas, a estar siempre ansiosos, por el miedo de enfrentar nuestra finitud. Por eso nos sentimos tan mal cuando creemos no hacer nada útil en nuestra vida, el miedo de fondo, esa angustia es el miedo a la muerte. Pero porque no aceptar que la muerte es parte de la vida y al no ser evitable ni elegible no debiéramos preocuparnos de ella, ni temerle. Si seguimos esta reflexión el miedo a la muerte es el miedo base de todos los demás miedos ¿qué pasaría si lográramos superar al primero?.
Cuando ya nada esperamos, nada de lo que suceda puede decepcionarnos. Sino esperamos la muerte tampoco hay posibilidad de temerle. Lo contrario al miedo es un estado de paz y armonía, si vivimos en el regocijo de existir no puede haber lugar para el miedo. La ecuación seria así: sin expectativas, no hay miedo, sin miedo hay paz. Vivir en libertad  y desapegados seria el nivel máximo aunque difícil de lograr, pero si se puede tener esto como referencia en el camino a ser mas plenos. Nuestra mayor aspiración debiera ser aspirar a ser lo que realmente somos, poder expresar nuestra verdadera esencia sin miedo al ridículo ni al que dirán. Si dudas entre actuar o no, inténtalo si lo haces al menos tendrás la experiencia. No tengas miedo a cosas imaginarias supera la incertidumbre y has la prueba, quizás tengas éxito en el intento pero nunca en la inacción.
JMFSi algo va mal siempre veámoslo desde una perspectiva más amplia, pensemos que podemos aprender de eso, que ya pasara y es solo un aspecto de nuestra vida. Pensemos que quizás en nuestra vida tenemos el 99% bien las cosas en general pero es justo el 1% que sentimos que nos falta lo que nos hace infelices por el hecho de no poder aceptar y valorar lo que si tenemos. También en relación con estos sentimientos el vivir comparándose con el otro es garantía de infelicidad. El pensar con que contamos en vez de que nos falta también nos ayudara a ver en forma más optimista una situación. Recordar nuestras capacidades y virtudes, tenerlas siempre presentes para avanzar.
No es cuestión de negar los problemas de la vida sino tener las herramientas para poder enfrentarlos.
La felicidad verdadera se consigue cuando se logra estar siempre consiente del presente, al estar con todos los sentidos en el aquí y ahora. Hay que extender el estado de meditación a todas las situaciones de la vida, hacerla estando activos, apreciando cada detalle que nos rodea, la belleza de la naturaleza, las cosas y las personas. Cuando se logra apreciar el paso del tiempo: día a día, minuto a minuto y no como lo hace la mayoría de las personas: año a año, o cuatrimestre a cuatrimestre,  es una señal de que se esta logrando apreciar más concientemente cada instante de la vida y seguramente disfrutando de ella.

Lic. Julieta Collazo.