Cuando dicen no creo volver a amar así o tanto como ame antes… yo creo que se equivocan en verlo en forma negativa o con nostalgia porque cada pareja la conforman personas diferentes, en tiempos diferentes de su vida, y cada relación que se construya por lo tanto será distinta, ni mejor ni peor, diferente con suerte más evolucionada, si se aprendió de los viejos errores o experiencias vividas. Y creo que lo más importante es entender que si una vez pudimos amar y ser felices seguramente podremos repetir esas sensaciones con otra persona ya que el amor y la alegría nace de adentro de cada uno y a partir de allí se compartiría y multiplicaría con otro, en lugar de estar mendigando amor y atención en el caso de las personas que no descubrieron que la verdadera felicidad nace de adentro, la creamos nosotros mismos, y no que otro nos la debe brindar. Cuando nos aceptamos y amamos a nosotros mismos podemos encontrarnos con personas que puedan admirar eso que descubrimos en nosotros, y crearse un vínculo de retroalimentación positiva, dándoles lo mejor de uno a los demás sin dejar nuestra esencia, sin dejar de ser uno. Todos somos dignos de amor y valoración pero debemos ser vulnerables para poder conectarnos con los otros, es parte de vivir y eso implica arriesgarnos más allá del temor al dolor y al sufrimiento. Transitar el amor con confianza y alegría, habiendo atravesado el dolor y el miedo tras una ruptura es necesario para poder vivir un buen amor.
La pareja es una construcción de
dos, producto de una historia compartida en un tiempo y contexto determinado,
donde ambos se definen como tal dando lugar una nueva dimensión resultado de
sus interacciones. La madurez de
la misma conlleva una saludable y necesaria desilusión, se debe dejar la utopía
de esperar infantilmente que el otro esté hecho a medida de nuestras urgencias
y expectativas para poder vivir un amor real.
Lic. Julieta Collazo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario